Se estima que alrededor de 1 de cada 500 perros desarrolla diabetes, aunque las cifras actuales pueden ser más elevadas
En un perro sano el alimento se descompone en componentes que pueden ser utilizados por el organismo. La conversión de los carbohidratos (almidones) da lugar a azúcares, entre los que se incluye la glucosa. Una vez absorbida a través del intestino, la glucosa acaba en la sangre y proporciona energía a las células del cuerpo.
La absorción de la glucosa por parte de la mayoría de las células es dependiente de la presencia de la homona insulina. La insulina es elaborada por células específicas de un órgano especial situado cerca del intestino: el páncreas.
En algunos perros y gatos diabéticos el páncreas no produce suficiente insulina, esto resulta en: la incapacidad de las células de absorber suficiente glucosa y por ende que haya niveles excesivamente altos de glucosa en la sangre.
Signos clínicos
Los signos observados son poliuria, polidipsia, pérdida de peso y polifagia y son inespecíficos para animales diabéticos, pues otras enfermedades como hipertiroidismo, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad renal pueden llevar a esos mismos signos clínicos; en gatos que presentan neuropatía diabética pueden presentar posición plantígrada o palmígrada y dolor a la palpación de las extremidades. En casos de diabetes descompensada o cetoacidosis diabética, se observa presencia de letargia, anorexia y postración.
Los perros de mediana edad a ancianos y hembras enteras son los más susceptibles a desarrollar la diabetes y razas como las mencionadas a continuación tienen un mayor riesgo de desarrollar Diabetes Mellitus.
- · Keeshond
- · Caniche
- · Puli húngaro
- · Pinscher Miniatura
- · Samoyedo
- · Bobtail
- · Daschund
- · Springer Spaniel
- · Alaska Malamute
- · Schipperke
- · Schnauzer Miniatura
- · Spitz Finlandés
- · Chow chow
- · West Highland White Terrier
- · Beagle
- · Cairn Terrier
- · Dobermann
- · Golden Retriever